La llegada de un bebé a una familia es un motivo de gran felicidad y que sea imposible que se te borre esa sonrisilla en la cara cada vez que lo miras, eso es así siempre en todas las familias, lo que también es cierto, que hay muchas veces que lamentablemente, no siempre ese momento de dicha y felicidad plena se mantiene durante toda la infancia de los niños, ya que la vida sigue y con ella los problemas o dificultades propios de la misma.
A los problemas a los que me refiero, son los que todos en mayor o menor medida pasamos, llegan las primeras crisis de las parejas, muchas veces se superan y otras muchas no se superann lo cual provoca la separación de los padres, este tema si no sabemos como llevarlo puede provocar en los niños una gran tristeza e inseguridad.
Otra dificultad que nos puede afectar en esta época, y que personalmente, es con la que más experiencia tengo, es que los abuelitos se hacen mayores, aunque no lo veamos o no lo queramos ver, y se ponen malitos y llegan enfermedades, que sobre todo a nosotros, nos entristecen mucho y nos producen ansiedad, aquí también tenemos que tener mucho cuidado con la situación, ya que si los niños son muy pequeños, no entienden nada de la situación pero sin embargo son esponjas que todo lo absorven, si a ti te ven triste, ellos sin duda van a estar tristes, en estos casos, yo lo que recomiendo es hacer de tripas, corazón, y seguir hacia delante, intentando que ellos no se enteren de la situación tan complicada y difícil que los papás están viviendo.
Cuando los papás pasan por una situación "delicada", lo que más te apetece es llorar, gritar, despotricar, especialmente llorar y despotricar, ya que de repente tu mundo se cae y no sabes muy bien qué hacer, ya que a estas edades, por suerte, aún no hemos tenido que lidiar con este tipo de situaciones.
Yo tengo que decir, que a mi me ha costado mucho vivir esta situación y dejar mi peque al margen y que no se entere de nada o si se entera de algo, al menos, que no le transmita mi tristeza, creo que no consigo nada bueno haciéndole saber que su mami está muy triste, pero creo que más menos lo he conseguido.
Son momentos que piensan en lo desgraciada que eres y en lo mal que te van las cosas y que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor, en ese momento tienes que parar y decir, vale, estoy pasando por una situación difícil pero tengo a mi niño, gracias a él voy a tirar para delante con una sonrisa, al menos cuando esté con él vamos a seguir, o al menos intentar, haciendo vida normal, hacer todo aquello que les gusta, sus juegos favoritos y consiguiendo que tengan una infancia feliz, si lo hacemos así, al final, son ellos los que te ayudan a ti a pasar un mal trago y consiguen que al menos a ratitos, en una situación difícil, consigas seguir siendo feliz, y sin quererlo les estamos enseñando a ser positivos, porque hoy no se enteran de lo que son las enfermedades, las rupturas, crisis económicas......pero el día de mañana si que lo sabrán, y recordarán cómo se vivió esa situación en su casa y eso a ellos les ayudará.
Mi recomendación para todos aquellos que estáis pasando un bache, sea del tipo que sea, sentimental, económico, de salud........es que hay que ver el momento bueno de cada día, que no nos debemos estancar en lo malo y esperar a que vengan tiempos mejores o que cualquier tiempo pasado fue mejor, para mi eso es un gran error, el mejor momento es el presente porque es el nuestro, podemos estar pasando lo peor de nuestras vidas pero SIEMPRE, y cuando digo siempre, es siempre, hay algo bueno en nuestras vidas, sobre todo si tenemos niños, a ellos nos tenemos que aferrar para seguir, para luchar, y sobre todo para REIR, no nos podemos olvidar de reir al menos un ratito cada día y de esta manera las penas se pasan mejor y compensa un día horrible, creo que es la mejor medicina, puede sonar un poco a utopía, pero yo lo he experimentado en primera persona y lo ha aplicado, porque en primer lugar, creo que se lo debo a mi "duende" y lo segundo porque es bueno para todos, y como dije anteriormente, de este forma, en mi opinión le estás dando una de las mejores lecciones a tu hijo de cómo manejar situaciones difíciles y que vean estas circunstancias con más naturalidad de lo que por ejemplo lo veía yo, hay que enseñarles que la vida tiene cosas buenas y cosas malas, pero si sabes cómo hacerlo, incluso en las malas, las buenas las superan y puedes seguir siendo feliz, al menos un poquito.
En este caso los que estamos aprendiendo a ser padres, indirectamente, estamos enseñando a ser padres a nuestros hijos.
Espero que os sea útil mi relato y que os aporte una dosis de optimismo en estos tiempos que corren.
A todos aquellos que leen mi blog. GRACIAS.
Lo siguiente que escriba, prometo que intentaré que nos saque a todos alguna carcajadilla aunque sea chiquitita.
Hasta la próxima.
Por tu duende.
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